Sin embargo lo esencial permanece presente en cada una, que no es diferente a cuando estábamos en el colegio. Al mirarnos, abrazarnos y conversar es imposible no reconocer esa esencia única que aún permanece en cada una de nosotras. Eso no ha cambiado, ni cambiará jamás. Lo que hace que cada una de nosotras sea una persona irrepetible y maravillosa con la cual he compartido parte de mi vida.
Hablamos del pasado, recordamos experiencias juntas, nos pusimos al día en nuestras historias de vida, compartiendo una vez más, después de tantos años. Me he reencontrado con muchas de ustedes y se ha generado un nuevo lazo de amistad que me ha permitido sentirlas cerca y recordar el cariño de esos años.
Gracias a cada una de ustedes por formar parte de este grupo maravilloso
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